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jueves, 5 de enero de 2012

[4TH ANIVERSARY POST] Das Kabinett des Dr. Caligari (1920, Robert Wiene)

Siguiendo con los extensos festejos por el cuarto aniversario de la Fonoteca, que como muchos de usyedes saben no se limita únicamente a discos y archivos musicales, sino también a archivos cinematográficos en video, hoy toca el turno a una de las más emblemáticas e inquietantes producciones del cine expresionista alemán. Ya los amables amigos de la página se habrán percatado de mi particular fascinación por el cine expresionista, a lo que sólo agregaré que no es sólo a éste, sino a todo el periodo expresionista en general, al cual dediqué un trabajo de investigación, publicado en 2007, y sobre el cual he impartido dos veces sendos cursos.

Con respecto al cine expresionista alemán, pero también al cine no expresionista de las época, hay que recordar que mucha genet se suele referir al mismo como cine mudo. No, el cine mudo sería aquél realizado por mudos, por gente que no puede hablar. El cine de este periodo se llama cine silente.

El gabinete del doctor Caligari fue dirigida por Robert Weine y es considerada por muchos como la primera película expresionista, si bien hay algunas películas de directores posteriormente identificados con este estilo, como Fritz Lang, quien realiazó Der müde Tod en 1921, un filme que no siempre ha sido considerada expresionista. El movimiento expresionista como tal tenía una fascinación por el mundo de los monstruos y los demonios como una suerte de personificación de los temores y obsesiones que acosan al hombre moderno, fantasmas provenientes del pasado, de un mundo corrupto y decadente. En sus mejores obras, el expresionismo adoptó un carácter de abierta denuncia en torno a la manipulación del individuo por parte de instituciones abstractas como el Estado, y en ese sentido, no pocas de las películas expresionistas alemanas parecen proféticas en cuanto al modo en que el Estado alemán nazi manipularía a sus ciudadanos.

La extraordinaria combinación de historias fantásticas, a veces terroríficas, combinadas con una notable dosis de imaginación lírica en el manejo de las imágenes, a la vez que un peculiar estilo tanto en la fotografía como en los decorados, cercanos al teatro en cuanto a su calidad a veces claustrofóbica, hicieron del expresionismo el más importante e influyente movimiento cinematográfico de los años veinte y treinta.

El caso de El gabinete del doctor Caligari es ilustrativo a este respecto, especialmente en el mencionado aspecto profético, no menos que otras películas como Nosferatu (ya compartida previamente, acompañada de la inquietante música del grupo belga Art Zoyd) o Metrópolis; además de los aspectos sociopolíticos, de una base histórico-social que a veces daba origen a la narrativa (como en este file es el caso de una serie de asesinatos ocurridos en la realidad), no poco del cine expresionista alemán parece anticipar una constante del siglo XX, en particular de los países industrializados: el asesinato en serie tanto como el asesinato en masa. Esta exploración del Mal y sus laberintos, a veces de tonos abiertamente dostoievskianos, abrirá una veta a la que el cine posterior no podrá resistirse.

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